Blog Post

Lo que empieza cuando termina el cáncer

cancer de cuello de utero


 

El día que nos diagnostican el cáncer, aparte de muchos otros pensamientos y emociones, queremos saber cuándo vamos a terminar todo el tratamiento y poder así volver a nuestra vida. Esa que ahora mismo tenemos que poner entre paréntesis para ocuparnos de la nueva situación.


Todo lo que nos dicen los médicos es algo aproximado porque pueden existir las “recidivas”, es decir, que el cáncer vuelva a aparecer y eso haría que el tratamiento se alargara más de lo previsto.


El camino se hace duro, muy duro, y largo, muy largo. Nuestra vida se reduce a ir a las citas médicas, ir al hospital a ponernos la quimioterapia, ir a radioterapia, en el caso de cáncer de cuello de útero, ir a la braquiterapia, cuidarnos, descansar, tomarnos mil pastillas, lidiar con nuestros estados de ánimos que son toda una montaña rusa, aguantar dolor, mucho dolor, y un sinfín de cosas más que prefiero ahorrarme.


Pero por fin, un buen día, de repente, hemos terminado todo. ¡Se acabó! Hemos completado todas las sesiones de tratamiento pautadas, incluso nos hemos hecho las pruebas para comprobar que todo está bien, e incluso nuestro oncólogo, al que veíamos como mínimo cada tres semanas, nos dice que la próxima cita será dentro de cuatro meses.


“¿Cuatro meses? No puede ser. ¿Qué voy a hacer yo cuatro meses sin venir?” – es lo que se nos viene a la mente. Y a partir de ese momento, como demos rienda suelta a nuestra imaginación, nos estaremos montando una película de vaqueros con todas las cosas horrorosas que nos pueden pasar en esos cuatro meses sin pisar el hospital.


Si todo va bien, incluso nos darán el alta para trabajar (pero ese es otro tema que abordaré en otro post).



Y ahora, que se supone que todo está bien y que tú también lo estás, que incluso ya puedes empezar a trabajar de nuevo, resulta que te duelen los huesos, cuando antes no era así; que te cuesta agacharte, que de vez en cuando tienes unos picores horrorosos en la piel, que ya no tienes la regla y te dan unos sofocos de la muerte, que ni por asombro quieres que nada ni nadie se atreva a tocar tus partes, esas que durante todo este tiempo han sido como la caja de Pandora. Que tu deseo sexual ha disminuido hasta mínimos insospechados, casi me atrevería a decir que ha desaparecido. Que tu sueño ha cambiado, ya no duermes igual de bien que lo venías haciendo, y no sigo para no desanimar a nadie.


El caso es que ahora que parecía que todo había terminado, te encuentras con muchas otras cosas que antes no existían, de las que nadie te había hablado y que parece que nadie te hablará, a no ser que seas tú misma la que investigue y vaya preguntando a todo bicho viviente con el que establezcas conversación y que haya pasado por un proceso similar, para averiguar algo de información que parece que se vende cara porque no se encuentra tan fácilmente y los médicos no te la dan.


Ahora, cuando se supone que todo ha acabado, empieza tu nueva vida llena de nuevos retos por delante y parece que tienes que enfrentarlos sola.


Termina el cáncer pero todavía no ha terminado todo.


¿A ti también te ha pasado?


Tal vez no responda a todas tus dudas pero seguro que mi libro sí lo hace a muchas de ellas. Aquí tienes una hoja de ruta para aligerar tu camino.


Un fuerte abrazo, nos leemos en el siguiente artículo.




Si te gusta, te estaría muy agradecida que compartieras este post, el video y/o audio en tus redes sociales y con tus conocidos para ayudar a que pueda llegar a otras personas.


¡Muchas gracias!


DESCARGA GRATIS 

¿Quieres hacer-te un regalo?

Te puede interesar también...

Por Raquel Aldavero Rodriguez 15 abr, 2024
La vida cambia mucho después de un cáncer, no sólo físicamente, sino también a nivel emocional, así como,en muchos casos, cambia también la percepción que tenemos de ella. Uno de vosotros me preguntaba el otro día cuales eran esas cosas a las que antes no daba importancia y ahora disfruto de ellas. He grabado este vídeo contándote cuales son y a qué nivel las veo diferentes. ¿Qué cosas son las que más valoras tú? Te dejo con esas 9 cosas en el video:
Por Raquel Aldavero Rodriguez 04 mar, 2024
¿En qué se basa que una persona sea fuerte? ¿Qué características debe tener?
Por Raquel Aldavero Rodriguez 11 feb, 2024
¿Cuál es el impacto del cáncer en el ámbito laboral del paciente?
Por Raquel Aldavero Rodriguez 27 dic, 2023
No puedo evitar empatizar con todos aquellos que estéis inmersos en un proceso de cáncer justo ahora, en Navidades. El otro día alguien cercano me preguntaba qué le diría a ese paciente de cáncer de cara a esta época y eso hago en este vídeo. Pero no sólo a él, sino también a ese familiar de un paciente de cáncer, que también lo vive muy de cerca. Te dejo el vídeo, aprovechando para enviarte un fuerte abrazo cargado de ánimo, esperanza y paz, mucha paz ❤️
Por Raquel Aldavero Rodriguez 22 oct, 2023
Hace un par de semanas un amigo me confirmó la noticia sobre la enfermedad de su padre. Temía que no tuviera fuerza mental para afrontarlo, pues era una persona muy pesimista y después de llevar muchos años entrando y saliendo de los hospitales por otros temas médicos, esta vez le habían dado el peor diagnóstico de todos: cáncer. Noté en su voz angustia e impotencia por no saber cómo hacer que su padre no tirara la toalla antes de tiempo. No quería que el diagnóstico le hundiera y se abandonara a su suerte. Reconozco esas emociones en la persona que me hablaba. Son muy normales y muy humanas. También entiendo el impacto de la noticia en su padre, y lo respeto. ¿Qué le dije a mi amigo? Me basé en mi propia experiencia como paciente de cáncer: En primer lugar, y puesto que los médicos todavía no le habían dicho qué tratamiento consideraban adecuado hasta que le hicieran un TAC, recomendé a mi amigo que no permitiera que su mente le llevara al peor escenario. La mente SIEMPRE nos va a situar en lo peor que puede ocurrir. ¡SIEMPRE! Pero eso no significa que vaya a ocurrir. Le recomendé que mantuviera a raya sus pensamientos, teniendo su mente ocupada en otras cosas que requirieran algo de concentración por su parte. Y que esperara así a lo que los médicos dijeran a la vista de las pruebas. En segundo lugar, le expliqué que el paciente, poco podemos hacer, aparte de recibir el tratamiento y llevarlo lo mejor posible. Que nuestra actitud nos ayuda a no sufrir tanto, pero lo que nos cura es la medicina. Sinceramente creo que nuestra actitud, nuestro espíritu de lucha, satisfacen más a los que están a nuestro alrededor porque pueden pensar o decir "está luchando como nadie" o "tiene mucha fuerza, no quiere morir" o cosas por el estilo. Eso está mejor visto que el que decide no pasar por este proceso. Lo que sigue a continuación no se lo dije pero es lo que pienso: Respeto profundamente a las personas que ante un diagnóstico de cáncer deciden no someterse a los tratamientos y mantenerse en esta Vida lo que les quede. Son tratamientos muy agresivos, con muchos efectos secundarios. Nos enfrentamos a muchas cosas a la vez. No sólo al tratamiento en sí sino también a nuestra mente, a nuestros miedos, a nuestro aguante físico, al inmenso dolor físico, a la gestión de nuestras emociones, al impacto que las palabras de los demás (bienintencionadas pero dañinas) tienen en nosotros, al trato desagradable de algunos médicos, etc... Son muchas cosas con las que lidiar, no es fácil, y todo el mundo tiene derecho a no querer pasar por ahí. No creo en el "infierno" del que hablan las religiones y al que se supone que va la persona que "decide no luchar" ("luchar", una palabra que detestamos escuchar los pacientes de cáncer). ¡No lo creo! (Aunque ahora parece que han quitado el infierno, que ya no existe. Cuántos años vividos con ese miedo y ahora la Iglesia ha decidido que no hay infierno). Si cualquier padre perdona a un hijo cualquier atrocidad que haya podido cometer, ¿cómo no lo va a hacer nuestro Dios/Universo/Energía (o como lo quieras llamar), que es Amor puro, el Amor más puro y grande existente, ante el hecho de que un ser humano decida no pasar más dolor y sufrimiento por los tratamientos contra una enfermedad en su cuerpo físico? ¿No ha servido todo lo que ha hecho en su vida? ¿Sólo tiene importancia y es determinante justo esa decisión? ¡No lo creo! Deseo de corazón que el padre de mi amigo tenga un tratamiento a su disposición, que le funcione, y que él quiera recorrer ese camino. Pero nunca juzgaría a nadie que decidiera lo contrario. Ni le obligaría o instigaría para que lo hiciera. Es una decisión muy personal. Y, por supuesto, no le haría sentir mal porque decidiera que este viaje termina aquí.
Por Raquel Aldavero Rodriguez 21 jul, 2023
caida de pelo en el cancer y como llevar mejor nuestra nueva imagen
Share by: