La enfermedad del cáncer todos sabemos que está ahí, que nos estremeces con sólo pensar si le dan un diagnóstico de la misma a alguien cercano o a nosotros mismos; pareciera que es algo que "sólo les pasa a los demás", hasta que nos pasa a nosotros..
A mí, antes de ser diagnosticada de cáncer de cuello de útero me pasaba esto mismo. Nunca había tenido a nadie cercano con cáncer, por lo que esa enfermedad "les pasaba a otros".
Pero me tocó, y me tocó muy fuerte. Hizo temblar todos mis cimientos y enfrentarme a mi parte más oscura, más invisible, que ni yo misma conocía hasta ese momento... También me tocó el alma y me transformó, o tal vez la palabra correcta sea que potenció algo en mí que ya me venía de serie, y es ese "ayudar a los demás" que había practicado desde pequeña.
Ese fue el motivo (creo, porque era tan pequeña que no lo recuerdo con nitidez) por el que quise ser abogada: para poder ayudar a otros ante las injusticias (luego te das cuenta que es demasiado utópico) pero no quiero desviarme de lo que te estaba contando.
Cuando terminé mi primer tratamiento, pensando que ya había terminado todo. Que ya podría recuperar mi vida anterior, relajarme, dejar de pasar miedo, dolor, malestar, incertidumbre, etc, etc, decidí que debía devolver al mundo parte de la ayuda que yo misma había recibido. Me puse a buscar como loca algún sitio donde hacer voluntariado. Mi sorpresa fue que no encontraba ninguno, no me llamaban, no contestaban a mis solicitudes. No lo entendía.
El cáncer volvió a aparecer y me pegó más duro aún que la primera vez. Entre otras cosas, me dejó en cama durante un mes seguido, sin poder ni siquiera sentarme para comer. Aprendí a hacerlo tumbada, girándome lo justo para poder coger la comida que mi madre me dejaba en una bandeja junto a mí, en la cama. Ahí aprendí a controlar mi mente, mis pensamientos más destructivos, a dialogar con mi cuerpo y con la Muerte, a negociar con ambos.
Un mes después pude empezar a levantarme, aunque mis piernas se habían debilitado tanto que, a pesar de mis 50 kg de peso, no podían conmigo. Poco a poco conseguí andar, no sin soportar dolor. El dolor ha sido mi fiel compañero durante todo este proceso. Le hubiera agradecido que no me acompañara tanto pero era demasiado pedir (supongo).
En esos momentos volvió a mi mente la idea de poder ayudar a otros. ¡Total! ya lo estaba haciendo al teléfono, hablando con otras compañeras... pero no sabía cómo iba a poder hacerlo si eso me suponía tener que desplazarme a algún lado. ¡Cómo iba a hacerlo si apenas podía andar!- me recordaba-. Agradecí que nadie me llamara para hacer voluntariado... Me evitaron tener que exteriorizar que era incapaz de moverme...
Mi pensamiento fue: "ya llegará el momento (o no). Y mientras llega, haz lo que puedas por tu cuenta". Así es cómo nació mi web www.raquelaldavero.com , los cuadernos, los libros, los e-mails como éste que recibes, etc, etc.
¡¡¡¡Y llegó el momento!!!!
Hace unos meses la AECC se puso en contacto conmigo porque habían visto mi solicitud (no está mal... un año después... ¿tal vez los hilos invisibles del Destino obraron en consecuencia para darme tiempo a recuperarme un poco?). Empecé a colaborar con ellos y unos meses más tarde me propusieron colaborar con Telemadrid, en el programa "Cámara Real" para grabar mi testimonio sobre el impacto del cáncer en el ámbito laboral del paciente, contando mi experiencia. ¡Eso hice! Visibilizar esta problemática que muchos pacientes sufrimos.
Te dejo el vídeo aquí debajo:
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para pacientes de cáncer, familiares y su entorno
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Raquel Aldavero